Amniocentesis



¿Qué riesgos pueden existir para la madre o el feto?

Maternos

Las complicaciones maternas son extraordinariamente raras e incluyen perforación de víscera intraabdominal con infección subsiguiente, sangrado o isoinmunización Rh.

Fetales

Pérdida fetal: Es secundaria a hemorragia materna o fetal, rotura prematura prolongada de la bolsa o infección intraamaniótica.

Su incidencia es de difícil evaluación por la dificultad de contar con un grupo control. Se suele considerar de forma generalizada que aumenta la tasa de aborto en un 1%. Los datos de un reciente estudio multicéntrico señalan que la amniocentesis se acompaña de una tasa de pérdidas fetales del 0.6% en las primeras dos semanas, que asciende a 0.9% si se incluyen las pérdidas hasta la 24 semana y hasta el 1.9% si se incluyen todas las pérdidas fetales. En cualquier caso a pesar de la disparidad de criterios se puede concluir que esta técnica tiene un elevado índice de seguridad.

El riesgo de pérdida fetal está relacionado con diferentes factores que multiplican la probabilidad por 2-5 como pueden ser: edad materna superior a 40 años, enfermedades maternas coincidentes con la gestación, metrorragia previa durante la gestación actual, abortos espontáneos o provocados previos, gestación gemelar, gestación obtenida por FIV, existencia de marcadores ecográficos de alteración cromosómica, experiencia del operador, punción hemática, características del líquido como tinción parduzca o hemática.

Pérdida de líquido amniótico: La pérdida transitoria de líquido amniótico postpunción ocurre en un 1-2% de los casos y generalmente es leve y se resuelve en las primeras 48-72h. En estos casos se recomienda la vigilancia de signos de corioamnionitis y el reposo en cama hasta la resolución del cuadro. El riesgo de desarrollo de corioamnionitis es inferior a 1/1000.

Las lesiones fetales por punción son extraordinariamente raras cuando la punción se realiza bajo control ecográfico. La mayoría de las veces son punciones cutáneas que sólo persisten como pequeñas cicatrices puntiformes y no suelen revestir importancia. En ocasiones se han descrito lesiones más severas a nivel ocular, torácico, abdominal, esquelético e incluso muerte fetal por exsanguinación tras punción del cordón umbilical.

Gestantes con infección crónica por hepatitis B, C o VIH. El riesgo de transmisión vertical al feto de hepatitis B o C es muy bajo y por ello estas infecciones no suponen una contraindicación formal. En gestantes VIH positivas el riesgo también puede considerarse asumible si están en tratamiento retroviral con carga viral baja pero es significativo en caso contrario por lo que es importante obtener la máxima información de las pruebas de cribado no invasivas.

Los estudios de crecimiento, datos neurológicos y desarrollo del lactante no muestran ninguna diferencia en comparación con los controles. Se ha descrito un aumento en la incidencia de insuficiencia respiratoria y anomalías ortopédicas posturales que no ha podido demostrarse en grandes series.




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